Águila imperial: peculiaridades y comportamiento

Águila imperial es un ave rapaz que se divide en dos subespecies, que son el águila imperial oriental y el águila imperial ibérica.

Ambas tienen cualidades inusuales, si bien se hallan en peligro de exitinción.

Dentro de la denominación de águila imperial podemos encontrar dos especies:

Águila imperial: peculiaridades y comportamiento
Águila imperial: peculiaridades y comportamiento

la oriental y la ibérica.

Ambas están relacionadas a los imperios y emperadores, y son aves realmente majestuosas que nos llaman la atención por sus fantásticos vuelos rasantes.

Conoce más sobre ellas en el siguiente artículo.

Características del águila imperial oriental

Esta especie es una de las tantas aves rapaces que habitan el hemisferio norte, específicamente en las áreas de praderas de Europa y Asia, aunque migre a África a lo largo del invierno.

El águila imperial adulta llega a medir unos 80 centímetros de altura, pero alcanza hasta 2 metros de extensión en pleno vuelo.

Como sucede en la mayoría de las aves depredadoras, las hembras son mayores que los machos –hasta el doble de peso– y realmente esa la única diferencia importante entre los dos sexos.

El plumaje del águila imperial oriental es precioso: marrón oscuro con máculas blancas y la punta de la cola negra, aparte de tener la nuca con una tonalidad dorada.

Un cuestión curiosa es que tienen plumas en las patas, las cuales terminan en garras ganchudas muy fuertes que les dejan apresar al vuelo.

Con respecto a la alimentación, la dieta de este águila está compuesta por ardillas, roedores, mustélidos, zorros y aves pequeñas.

Este ave rapaz las divisa a lo lejos merced a su potente vista y velocidad de vuelo.

La monogamia es un rasgo primordial del género: todos los años retornan al mismo nido para reproducirse, el cual es reacondicionado en caso de ser necesario.

Para la confección de dicho refugio emplean ramas gruesas de un árbol, y después cubren los orificios con hierba y hasta plumas propias.

La incubación es de hasta 4 huevos, si bien por lo general son dos, y dura 43 días con solo el polluelo más fuerte como superviviente.

El pequeño volará a los dos meses de edad, y en invierno solo emigrará buscando pareja para el próximo verano.

En muchas zonas del continente el águila imperial oriental ha desparecido, y en otras se encuentra en peligro de extinción.

Las dos poblaciones estables que se conservan habitan en los Alpes de Tirol y de Trentino.

El principal motivo de reducción de los individuos es el uso de la tierra para cultivo.

Características del águila imperial ibérica

Hasta hace poco se pensaba que se trataba de una subespecie del águila imperial oriental, pero han sido ‘separadas’ por no compartir la mayoría del ADN.

Su nombre científico –aquila adalberti– conmemora al príncipe Adalberto de Baviera y, como su denominación popular indica, habita la Península Ibérica, básicamente en las marismas de la costa, en la montaña y en los sistemas dunares.

El plumaje en los adultos es pardo oscuro, a excepción de la parte alta de las alas, la nuca y los hombros, que son más claros.

La cola, por contra, es más oscura y no presenta bandas claras como su ‘prima’ oriental.

Los individuos jóvenes presentan coloración rojiza hasta el momento en que llegan a la madurez sexual, en torno a los cinco años.

Se puede destacar que en esta especie asimismo la hembra es más grande que el macho, y que en ambos sexos la envergadura al volar fluctúa en torno a los dos metros.

Una característica destacada del águila imperial ibérica es que no emigra, por lo que cada pareja –son monógamos– tiene una zona de caza y reproducción de casi dos cero hectáreas.

Entre marzo y julio las parejas se aparean, reacondicionan los nidos y ponen máximo 5 huevos, que incuban ambos a lo largo de cuarenta y tres días.

Si bien los aguiluchos abandonan el nido familiar a los 3 meses, siguen viviendo en las cercanías y siendo alimentados por sus padres por cuatro meses más.

Pasado ese tiempo van a tener una vida nómada hasta conseguir pareja y un territorio propio.

Debido a que el conejo es su principal presa –que es cada vez más escasa– la mortalidad intrínseca de los venenos utilizados por el hombre para la agricultura y la persecución directa de la población, desgraciadamente el águila imperial ibérica es una especie conminada.

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